Aprender a educar en Colombia

Los 4 pilares de la educación en Colombia representan un ideal y un objetivo a alcanzar que enfrenta dos desafíos críticos: los altos niveles de desigualdad desde los primeros años de educación y un bajo nivel del sistema educativo. La educación ideal se ilustra como un edificio con cuatro columnas en la que todas tienen el mismo nivel de importancia: aprender a ser, aprender a hacer, aprender a vivir juntos y aprender a ser. ¿Es posible llevar a la realidad una educación basada en estos pilares teniendo en cuenta los retos que tenemos como sociedad?
Los cuatro pilares de la educación formulados por la UNESCO, tienen en cuenta la formación integral del ser humano en cuatro aspectos que van desde lo micro a lo macro:
- El individuo como ser independiente.
- como integrante de una comunidad local
- como integrante de una nación y por último,
- el individuo como integrante del orden mundial.
La relación del individuo como sujeto de un entorno y de una integración al orden mundial, entendido como un ser humano que por sus acciones y educación inciden en el funcionamiento y en la convivencia del entorno que lo circunda, con una influencia a otros seres sean de su contexto o de otro ajeno, en una perspectiva más amplia.
Aprender a conocer es el primer pilar y se basa en que el individuo forma conocimiento del entorno que habita y este aprende a aprovechar las posibilidades de la educación. La formación de conocimiento se centra en la comunicación que es descubrir, manifestar o hacer saber a alguien de algo. La educación entonces daría las herramientas necesarias para que se armen argumentos, ideas, opiniones y formas de manifestación que impliquen un intercambio fructífero y respetuoso entre los seres, independientemente de sus diferencias.
El segundo pilar Aprender a hacer se concentra en el desarrollo de competencias para afrontar las diversas situaciones que capaciten al individuo en su vida como la resolución de conflictos, la comunicación asertiva, trabajar en equipo, colaborar con los demás, asumir riesgos y responsabilidades, tener iniciativa y flexibilidad, y aprender a aprender. Las competencias anteriormente mencionadas implica pensar en estrategias en donde se tenga en cuenta la adquisición de conocimientos pero con un componente social y práctico.
Aprender a vivir juntos, enfatiza al individuo como ser responsable de una convivencia respetuosa y de diálogo con los otros. Para ello, tiene que ser capacitado en conocerse a sí mismo, tener empatía y comprensión de sus reacciones frente al entorno. Los valores que nos son inculcados en casa, pero también reforzados en los colegios, como lo son la solidaridad, la cooperación, la colaboración, la inclusión, la socialización, etc…
Aprender a ser, se enfoca en la autonomía, el juicio y la responsabilidad. La cuarta columna tiene como base que el individuo tenga una personalidad en la cual desarrolle la autonomía del juicio y la responsabilidad social. Un individuo que tenga la capacidad de discernir las consecuencias de sus actos y que sea crítico de sus decisiones.
La educación son las bases de la vida de una persona, por lo tanto, alberga la noción de que vivir en una sociedad educativa significa que todo puede ser una ocasión para aprender y desarrollar las capacidades individuales y, así mismo, ofrecerlo a la sociedad. Sin embargo, la educación ideal se presenta como un edificio con cuatro columnas en la que todas importan: aprender a ser, aprender a hacer, aprender a vivir juntos y aprender a ser.

De acuerdo al ideal de los cuatro pilares de la educación, surgen las siguientes preguntas: ¿Es posible llevar a la realidad una educación basada en estos pilares teniendo en cuenta los retos que tenemos como sociedad en un país desigual social y económicamente? ¿Cómo guiar a niños y jóvenes a desarrollar estas competencias si los maestros necesitan capacitaciones? ¿Debe apuntarse a lo alto para fijar las metas e intentar alcanzar la excelencia así las condiciones sean inclementes o, estas deben ser más realistas en cuánto al tiempo que lleva mejorar la calidad y desempeño educativo? ¿Debe haber una educación adaptada al contexto social y económico de los estudiantes o una estandarizada?
Responder a estas preguntas y a las que faltan respecto a este tema han sido motivo de preocupación y prioridad en la agenda del Ministerio de Educación. Han habido algunos consensos que a través de las pruebas de estado han medido la calidad, la igualdad y la equidad en la educación colombiana, que más allá de diagnosticar los niveles de conocimientos por áreas, analizan las altas desigualdades en cuanto a los resultados académicos de los estudiantes, asociados al nivel socioeconómico de sus familias y al tipo de gestión y zona geográfica de las instituciones educativas a las que asisten. De las muestras se ha concluído que Colombia presenta una alta segregación de las escuelas colombianas según el nivel socioeconómico de los alumnos. La distribución de los recursos pone en desventaja a las escuelas públicas urbanas y rurales al acoger a los alumnos más pobres que presentan resultados insatisfactorios en las pruebas SABER.
Son diversos factores escolares y los resultados de las pruebas que indican que óptimas condiciones físicas en las aulas, el acceso a servicios públicos, la jornada completa, la presencia de reglas en el aula, índices de violencia menores y la satisfacción del docente están asociados de manera significativa a que los estudiantes obtengan un mejor desempeño en las pruebas (Duarte, Jesús; Bos, María Soledad; Moreno, José Martín, 2012, P.1).
No obstante, las pruebas aunque son una herramienta poderosa de medición de distintas competencias y da un panorama amplio por regiones y aspecto socioeconómicos, es un diagnóstico que es utilizado para pensar estrategias que garanticen los cuatro pilares que también deben ser entendidos como derechos, al ser las bases ideales de cualquier colombiano para desarrollarse como individuo y como sujeto a un entorno.
Las garantías para poder alcanzar las bases de los pilares, se mencionan en la Constitución Política de Colombia en el artículo 27 que menciona que “el estado debe garantizar las libertades de enseñanza, aprendizaje, investigación y cátedra”. Asimismo, el artículo 67, menciona textualmente:
“La educación es un derecho de la persona y un servicio público que tiene una función social; con ella se busca el acceso al conocimiento, a la ciencia, a la técnica, y a los demás bienes y valores de la cultura. La educación formará al colombiano en el respeto a los derechos humanos, a la paz y a la democracia; y en la práctica del trabajo y la recreación, para el mejoramiento cultural, científico, tecnológico y para la protección del ambiente.” (Constitución Política de Colombia, art 67).
Otra garantía de los estudiantes, es que el estado, la sociedad y la familia son responsables de su educación y esta debe ser obligatoria entre los cinco y quince años de edad y que el mínimo de estancia escolar debe ser un año de preescolar y nueve de educación básica.
La gratuidad en la educación pública o del estado, permitirá que haya un mayor acceso educativo a población vulnerable, y se le garantice no solo el acceso a una formación integral sino también alimentación y transporte, teniendo presente velar por el cumplimiento de su formación moral, física e intelectual.
Cabe resaltar que los docentes también necesitan estar en constante actualización y formación de las nuevas tendencias y avances de conocimientos en sus áreas y en la estructura del sistema educativo per se. El estado también podría garantizar capacitaciones sobre los sistemas evaluativos, disciplinarios y emocionales para poder desde sus labores garantizar que los cuatro pilares vayan alineados a sus asignaturas y a los objetivos del Ministerio de Educación. Asimismo, adaptar las clases, generar transversalidades con otras asignaturas y entrenar en manejo de estudiantes con necesidades especiales o de salud mental para seguir alcanzando el sistema educativo íntegro ideal que Colombia quiere tener.
En conclusión, los cuatro pilares de educación buscan una integralidad en la formación del ser humano, teniendo en cuenta un componente de conocimientos juzgado por una prueba de estado que evalúa lo aprendido. De igual manera, el desarrollo de competencias emocionales, sociales y comunicativas piensan al individuo desde lo micro a lo macro, considerándolo un sujeto autónomo y crítico de sus decisiones pero también activo e influyente en la sociedad y en el entorno que habita. La garantía de la formación de un ser humano “integral” va desde el estado colombiano que expone un ideal hasta el deber de las instituciones, administrativos y docentes de implementar estrategias que tengan como prioridad el cumplimiento de los cuatro pilares de la educación.