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2018

Video HD. 10 min.

Bogotá, Colombia

“El Barrio de Paloma“ es un vídeo-recorrido que realicé junto a dos vecinas en el lugar en el que vivimos. La experiencia se dividió en dos partes: en la primera, le pedí a mi vecina Paloma que escogiera realizar un trayecto cotidiano o uno que tuviera una carga afectiva, y en la segunda, repetimos el trayecto siguiendo la narración visual junto con la segunda participante, Laura. La voz de Paloma fue la guía del recorrido.

El recorrido posibilitó un espacio para que las participantes compartieran historias y experiencias relacionadas con el barrio. Más que un ejercicio estético, este recorrido es una exploración cartográfica que reúne distintas formas de ver, entender y sentir el lugar en el que vivo poniendo en evidencia que se trata de un espacio complejo que experimenta transformaciones constantemente.

Escogí este formato porque además de capturar imágenes y sonidos en movimiento, permite aprehender diferentes temporalidades y visiones de mundo.

Además, el recorrido permite atravesar un espacio física y narrativamente dando pie a la apropiación simbólica y al descubrimiento de otras formas de habitarlo.

Para la realización de esta práctica artística encontré conveniente apropiarme del trabajo Alter Bahnhof Video Walk, del que me interesó su solución formal y el grado de subjetividad que permite conseguir. Decidí hacer video-recorridos, entendiendo por video, no sólo la captura de imágenes y sonidos en movimiento reproducidos a través de una pantalla, en un espacio-tiempo determinados, sino también, como un medio que captura las temporalidades de quienes lo grabaron y de su contexto. Asimismo, entendí el recorrido, como el acto de atravesar un espacio física y narrativamente mientras se hace una apropiación simbólica y, también, como un medio de expansión del campo propio en el cual se enfrentan relaciones naturalizadas y se conocen distintas maneras de habitar el lugar a través de otros. Entonces, el video-recorrido, reúne una multiplicidad de formas de ver, entender y sentir un lugar, haciéndolo parte de una exploración cartográfica, que no totaliza o define el lugar, sino por el contrario, propone una representación que contempla la impermanencia, el movimiento y la mutabilidad.

Los video-recorridos que propuse tuvieron dos momentos; El primero, la grabación de un primer trayecto en el cual los participantes tenían la opción de escoger entre un recorrido que involucrara atravesar espacios o lugares con una carga afectiva o hacer uno cotidiano.  El segundo, la replicación del video por otro participante que lo utiliza a modo de instructivo para realizar el mismo recorrido a partir de la narración visual y oral de otro.

Participamos en total tres personas, dos integrantes de la Organización Barrios del Mundo y mi persona. Realizamos dos trayectos que se juntaron en un video-recorrido. Para los registros utilizamos mi celular al igual que para las réplicas de los recorridos. Por otra parte, una de las participantes usó el de ella para reproducir el video. En todos los recorridos, hice el acompañamiento a mis vecinas, quedando registradas las conversaciones que suscitaban los espacios que íbamos transitando, por lo que el ejercicio del video-recorrido posibilitó un espacio para compartir historias y experiencias de nuestro habitar.

Hay cinco puntos que me interesaron de la experiencia de los video-recorridos: (1) La pantalla actúa igual que una falsa cámara, pues la caminante tiene la impresión de estar registrando en tiempo real. (2) El video-recorrido como archivo, al ser las imágenes un registro y el reflejo de lo que la otra persona estaba viendo, convirtiendo al video en un documento. (3) La captura de cualidades invisibles, que surgen en los momentos de conversación con mis vecinos en torno a los recuerdos y percepciones que envuelven el lugar. (4) La participante que hace la réplica del recorrido rompe con sus normalizaciones al permitir que el video lo lleve a “pasear” por el lugar donde reside, deteniéndose a reconocerlo a través de la experiencia de su vecina. (5) Los video-recorridos involucran al espectador en la escena y los hace partícipes del lugar y de la narración, aunque con la consciencia de que hubo un cambio de circunstancias entre el momento en que fue registrado y el ahora.

La elaboración de los video-recorridos en el barrio implicó pensar en estrategias que se adaptaran a su contexto, pues a diferencia de la estación de tren en Kassel, que tendrá sus propias problemáticas, acá se cuenta con factores relevantes como el microtráfico, la desigualdad y la delincuencia, que hacen que no se pueda-deba replicar la práctica con la misma dinámica del referente. Los video-recorridos los tuvimos que grabar en horarios establecidos, entre semana y en horas laborales, ya que son los tiempos donde hay menor actividad en el barrio y, por ende, había menor probabilidad de ponernos en riesgo a nosotras mismas y a los equipos que utilizamos. El video en el contexto de esta iniciativa suele ser visto como una amenaza para algunos, pues se asocia como un medio delator o de denuncia, y por tal razón, la elección de usar un celular para hacer las grabaciones fue circunstancial y de planteamiento a la vez, al considerar que en los video-recorridos no primaba la calidad del resultado, sino el ejercicio en sí mismo.